miércoles, 11 de mayo de 2011

Desigualdad, el problema clave - Por Bernardo Kliksberg

(Fuente: Telam) En una reciente encíclica Caritas in Veritate la Iglesia advierte sobre "el escándalo de las disparidades hirientes". Los datos justifican plenamente esos calificativos. En 1960, el 20% más rico del mundo tenía 30 veces lo que el 20% más pobre. En 1997, eran 74 veces, y la distancia siguió creciendo. En el 2006 la Universidad de las Naciones Unidas mostró que en cuanto a patrimonios, el 10% más rico tenía el 85% del capital mundial, y el 50% más pobre sólo e1%. (...) Según los datos de The Economist aumentó el club de los billonarios que sobrepasan los 1000 millones de dólares. El 1% de la población del mundo es dueño del 43% de los activos del planeta. Para integrar la lista de los 400 más ricos de la Revista Forbes se necesitaba en 1995, 418 millones, actualmente se debe tener no menos de 1000 millones. (...) Forma parte hoy de la corriente económica central reconocer que la alta desigualdad es una traba fundamental para el progreso económico de los países y el bienestar de su población. Las investigaciones son categóricas: genera "trampas de pobreza", reduce los mercados internos, baja la capacidad de ahorro nacional, crea circuitos diferentes en el sistema educativo, lleva a muchos alumnos a la deserción y a recibir educación de poca calidad, favorece la creación de inequidades múltiples en salud, genera altos grados de conflictividad, y degrada la cohesión social, promueve la criminalidad y facilita la corrupción. América Latina debe ponerla en primera lista de sus
prioridades porque es la región más desigual de todas. Mientras que la distancia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es en Noruega, de 6 veces, y en España de 10 veces, en América Latina puede ir de 30 a 60 veces. Las desigualdades son múltiples, en los ingresos, en el acceso a la tierra, en la posibilidad de educación de buena calidad, en el acceso a salud, en el contacto con el mundo de las nuevas tecnologías, en la posibilidad de formar una familia. (...) En encuestas reciente el 89% de los latinoamericanos están en alta disconformidad con la magnitud de la desigualdad en la región. La ciudadanía exige respuestas. LEER ARTICULO COMPLETO

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