La Unión Europea tiene en cartera una directiva para unificar en los 27 países miembros los derechos de los compradores. Su impacto en las transacciones electrónicas es claro. Entre 2006 y 2008 el número de consumidores europeos que compraron al menos un artículo en Internet pasó del 27% al 33%, pero sólo el 7% de ellos hicieron la compra en una tienda en línea de otro país europeo. Hay una serie de factores que frenan este comercio continental. Por parte del comprador, la desconfianza sobre la efectiva defensa de sus derechos ante un vendedor extranjero que los vulnere y el temor a que las reclamaciones o los reembolsos sean desatendidos, provocan que se retraiga. Por parte de las empresas, el problema radica en tener que cumplir con 27 normativas distintas. Ver nota
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