(Fuente: El País) “Tenemos que incentivar el consumo para que la economía vuelva a crecer”, esta es una de las frases más manidas del pasado 2011 y resume perfectamente el gran error conceptual en el que estamos inmersos. Vivimos en una sociedad de consumo, con una economía de crecimiento donde el objetivo no es crecer para satisfacer las necesidades sino crecer por crecer. Tanto es así que desde la crisis del 29 existe una gran cantidad de productos que poseen lo que se denomina “obsolescencia programada”, es decir que tienen una vida limitada diseñada de fábrica, para asegurar que el consumo de los mismos sigue creciendo. Cada producto que adquirimos representa una elección del modelo social y mundial en el que queremos vivir. No se trata de consumir más sino de consumir mejor y pagar el precio adecuado por productos de calidad propia, pero también con standares sociales y ambientales adecuados. VER ATICULO COMPLETO
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