Barra, que trabaja para GM desde que tenía 18 años, pero que la dirige desde el 15 de enero de este año, manifestó que la empresa aprendió, y puso en marcha las medidas para que la crisis por el defecto del sistema de ignición no se repita.
“Para aquellos que han dedicado sus vidas a esta compañía, es muy doloroso ver expuestas nuestras deficiencias de forma tan vívida”, reconoció la ejecutiva.
La consejera delegada de GM, Mary Barra, acompañada por el presidente de la compañía, Dan Ammann (derecha), y el vicepresidente ejecutivo, Mark Reuss, durante una conferencia de prensa realizada ayer. | AFP.
Para empezar, Barra aceptó la responsabilidad de GM en un defecto que ha provocado al menos 13 muertes en Norteamérica, 47 accidentes y la llamada a revisión de 2,6 millones de autos, lo que le costará a la firma unos $1.300 millones.
El informe afirmó que no hay indicios de que los más altos directivos de GM conocieran de la existencia del defecto o que las más altas esferas, incluida Barra, conspiraran para ocultar el problema.
La primera consecuencia del documento fue el despido de 15 ejecutivos y medidas disciplinarias contra otros seis. La segunda fue la creación de un programa para indemnizar a las víctimas de los accidentes relacionados con el defecto, que permitió que se apagara el motor de los vehículos afectados, de forma involuntaria, mientras estaban en marcha.
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